El domingo estuvimos en la terraza, ¡fue
un día grandioso! en esta ocasión solo estuvimos Roberto, mi suegra
Isabel, Vodka, Harry y yo. Se me ocurrió hacer pan, mi amigo Ernesto me había dicho el día anterior: "no hay como
hacer pan casero, une a la familia", así que quise probar
y en efecto: ¡verídico!. Mientras aplicaba mis doce pasos del método directo de
panificación (así lo aprendí) pesaba, amasaba, fermentaba, dividía, preformaba,
descansaba, formaba los pastones, boleaba, cortaba y horneaba...salían tema tras temas,
y todos conversando entorno al pan, y cuando apenas empezó a salir el olor de
pan recién horneado, el tema central fue el pan.
Te cuento que durante mi niñez viví en Los
Teques, una ciudad dormitorio ubicada a 1 hora de Caracas, pero en
ambas ciudades puedo decir que si algo abundan son las panaderías,
aunque en Los Teques también abundaban las zapaterías y no sé por qué
razón. Yo diría que en Venezuela, solo basada en observación directa y sin base
estadística, un gran porcentaje de las panaderías son de familias
portuguesas, gentilicio muy querido y reconocido en mi país, nunca falta
el tan querido "portu", forma parte de nuestra identidad, pero lo que
sí es 100% cierto es que la visita a las panaderías son diarias, siempre
compramos canillas, unos piden las más tostaditas y otros las más blanquitas,
el infaltable pan sobado, el popular pan francés, y otros prefieren un pan
campesino, los cachitos y minilunch, que a veces hacen las veces de almuerzo en
momento de austeridad, ahora muy buscados los cachitos de jamón y queso crema
una variante más moderna, hojaldres de queso, panes dulce individuales,
acemitas, piñitas, las bombas rellenas (deleite de
Roberto), las palmeras, la pasta seca, milhojas, los dulces fríos a media
tarde, y por supuesto el café en todas sus versiones, y no puedo dejar de
mencionar el infaltable televisor con fútbol, sin importar quien contra quien
esté jugando, eso sí durante el mundial o la Eurocopa, te atienden y cobran
viendo la TV. Y algo que no puedo dejar de mencionar, no recuerdo cuando
surgió, pero de unos años para acá se ha popularizado en nuestras panaderías,
es el uso de las eternas tablitas de plástico, donde el personal de la panadería
marcan con marcador de pizarra lo que se va comprando o consumiendo y luego al
pagar, las borran y se re-usan. Así que sin duda alguna
las panaderías forman parte del día a día de compras de los
venezolanos.
De todo lo anterior, las piñitas (conocidas también
como tunjitas), me trae recuerdos de mi niñez, cuando costaban real y medio, y
el "portu" de la esquina la colocaba dentro de una bolsa de papel, y
me las comía calentitas y luego sacudía la bolsa sobre mi cara para comerme el
azúcar que habían soltado las piñitas dentro de la bolsa... ¡inolvidables
recuerdos!
Así que decidí hacer las piñitas, son unos
exquisitos panes redondos con un corte en cruz y azúcar espolvoreada en la
parte superior, de un fantástico olor e increíble sabor
a anís y vainilla. Después de hornearse quedan todas
pegaditas, asemejando la concha de la piña pienso que su nombre se debe a este
parecido.
Se pueden hacer grandes o pequeñas, es esta
ocasión las hice grandototas de 80 gramos. Las que venden en las panaderías son
aproximadamente de 40 gramos.
Ahora, sin perder más tiempo te dejo esta espectacular, sencilla y sabrosa receta.
PIÑITAS
O TUNJITASAhora, sin perder más tiempo te dejo esta espectacular, sencilla y sabrosa receta.
Porciones:
Da para 18 panes de 70 g
Ingredientes:
710
g de harina todo uso
30 g
de levadura fresca (15 g de levadura instantánea)
8 g de
leche en polvo
178
g de azúcar
43 g
de mantequilla sin sal
43 g
de huevos
2 g
de esencia de vainilla
284
g de agua fría
7 g
de sal
11 g
de anís dulce en granos
1
huevo batido para pintar
Azúcar
refinada para espolvorear
Tiempo
de preparación:
2 horas 34 minutos (No
incluye mise en place ni horneado)
Instrucciones:
Instrucciones:
- Mezclar en un bol la harina, la levadura si es instantánea, la leche y el azúcar.
- Hacer un volcancito dentro del bol. Si la levadura es fresca, colocarla dentro del volcancito y disolverla en una pequeña porción de agua.
- Agregar la mantequilla ablandándola con la mano.
- Agregar los huevos, la esencia de vainilla, el agua, y amasar. Reservar siempre una pequeña cantidad de agua.
- No añadir la sal ni el anís dulce
- Cuando la masa se despegue de las paredes del bol, pasar a la mesa y amasar durante 10 minutos, agregar la sal en el minuto 7.
- Dejar descansar la masa, tapada durante 10 minutos y luego hacer una amasado intenso de 4 minutos.
- Estirar la masa formado un rectángulo y agregar la mitad del anís en forma de lluvia, doblar y agregar el resto del anís y amasar hasta integrar bien.
- Colocar la masa en un envase aceitado y dejarlo reposar tapado durante 30 minutos en un lugar con temperatura que no exceda los 29°C (Ideal 27°C)..
- Tomar los cuatro extremos de la masa y, sin romperla, doblarla hacia el centro presionando hacia abajo para expulsar los gases como si se hiciera un sobre con ella, luego voltearla. Dejarla reposar tapada 30 minutos más
- Colocar la masa sobre la mesa y con una espátula panadera dividirla en 18 porciones de 70 g utilizando una balanza, darle forma redonda y dejar reposar, tapada con plástico, por 10 minutos.
- Bolear las porciones nuevamente y colocarlas en bandejas engrasadas con manteca vegetal o en bandeja con lámina de silicón. La separación entre las porciones es de aproximadamente 1 cm.
- Dejar reposar, tapada, durante 1 hora.
- Hacer un corte en cruz con una tijera en la parte superior de los pastones, pintarlos con huevo y rociarlos generosamente con azúcar refinada
- Hornear a 180°C durante 15 minutos.
¡Nos vemos en la Terraza!
No hay comentarios:
Publicar un comentario